Hasta la actualidad, el desarrollo sostenible de las empresas se ha basado principalmente en torno a dos pilares, el económico y el ecológico, olvidándose así del tercero y quizá más importante, el social. Sin embargo, en los últimos años las empresas están otorgando más relevancia al factor social con el fin de minimizar los impactos sociales negativos y garantizar prácticas acordes con los derechos humanos y respetuosas con la población en la que están insertas.
A pesar de este avance, muchas son las empresas que se aprovechan para dar una imagen de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) sin realmente serlo, y lo utilizan como una estrategia de marketing y de diferenciación del resto.
Para que una empresa sea socialmente responsable no solo debe cumplir a plenitud las obligaciones jurídicas, sino ir más allá invirtiendo en capital humano, entorno y relaciones sociales. Para ello debe trabajar en varias dimensiones, como la interna, invirtiendo en recursos humanos, es decir, tener en cuenta las condiciones del personal de la empresa, tanto su salud como su seguridad. Otro factor que debe tener en cuenta – dentro de la dimensión interna- es el medio ambiente: cómo controlar la gestión de los residuos, disminuir los gases producidos y promover un consumo responsable. La otra dimensión es la externa, la cual debe generar riqueza para las comunidades locales y mejorar estas en su ámbito social, como pueden ser sus infraestructuras. Si las empresas cumplen con todo esto, se podrán beneficiar en cuanto a la reducción de costes, disminución del absentismo laboral (ya que los trabajadores disfrutarán por el buen clima laboral), además de ganar una buena reputación, por lo que a la larga sus ventas y ganancias se verán mejoradas.
Por lo tanto y observando la definición del Trabajo Social Empresarial: “actividad organizada, que pretende ayudar a la adaptación recíproca de los trabajadores y su empresa, alcanzando dicho objetivo mediante la utilización de técnicas y métodos destinados a permitir que los trabajadores, los grupos y las colectividades de trabajo, hagan frente a las necesidades, resuelvan los problemas que plantea su adaptación a una sociedad industrial en evolución y, merced a una acción cooperativa, que mejoren las condiciones económicas y sociales”, vemos cómo el Trabajo Social aporta todo lo necesario para conducir a la empresa hacia la responsabilidad social.
Autoras:
Lorena Abad López.
Nuria Salah-Eldin Vázquez.