Hannah Baker (Katherine Langford) deja una caja con el nombre de Clay Jensen (Dylan Minnette) en la que hay trece cintas. En ellas cuenta que, si ha recibido las cintas, es una de las trece razones por las que ha decidido quitarse la vida. Si lo escucha, tendrá oportunidad de conocer cada motivo de su lista y comprender qué la ha llevado a tomar esa decisión. Las situaciones a las que se enfrenta Hannah se van acumulando. Hay diversas conductas que la conducen a una espiral de depresión. A lo largo del proceso, la soledad y el acoso sexual constriñen a la protagonista.
Por trece razones expone el sentimiento de exclusión y rechazo cuando su sufrimiento se convierte en un enigma para cualquiera que intenta ayudarla. Pero exalta las vivencias de una adolescente rodeada de jóvenes machistas y profesores con el único interés de fomentar la cultura de la violación.
La realidad que vive Hannah no es única ni individual. El acoso escolar es un problema social en el que hay que tomar partido para poder erradicarlo, ya que la escuela y el instituto son agentes socializadores muy importantes en los que los adolescentes aprenden a comportarse y a relacionarse.
Los casos de bullying no son pocos. Un sondeo de 2016 sobre el acoso escolar recogido por la UNESCO con jóvenes de 19 países, señala que un 25% de los encuestados ha sufrido acoso por su apariencia física, otro 25% por su género u orientación sexual, y otro 25% por su origen o nacionalidad. En estas situaciones, es muy importante la figura del trabajador social en los centros educativos, ya que están formados para detectar situaciones de riesgo y realizar planes de prevención e intervención si es necesario.
Laura Romero González
Paula Prieto Servant